sábado, 19 de enero de 2013

El concierto que cambió una generación




El otro día estaba con unos amigos cuando me llamaron por teléfono, entonces sonó mi tono de llamada: The Star Spangled Banner (el himno de Estados Unidos) tocado por el inigualable Jimi Hendrix. Entonces un amigo dijo: ¿Esa basura que es? Yo le mire y le pregunté porque llama basura a eso si no sabía siquiera que era.

Y es que es cierto, eso a lo que mi amigo llamó basura, es posiblemente algo que cambió, sino la historia, una generación entera. Ese himno de EE.UU. tocado por Jimi Hendrix en el concierto de Woodstock de 1969 cambió el mundo. Este concierto tiene bastante importancia en la historia de la música. Tocaron artistas como The Who, Janis Joplin, Neil Young... Otros por el contrario, rechazaron la invitación, como Los Beatles, The Doors, Led Zeppelin y Bob Dylan.

La parte más influyente de este concierto desde un punto musical y social fue cuando Jimi Hendrix, un hombre negro en plena época racista, entona con su guitarra del revés, es decir hacia la izquierda, (símbolo de que el poder reside en los ciudadanos) el himno de los Estados Unidos de América. 

Si esto no consiguió enfadar suficientemente a los gobernantes del país, el lo remata con cosas de su propia cosecha. Con esto me refiero a que en mitad del himno introduce ruidos equivalentes a los cañonazos de la guerra que acontecía en Vietnam. También introduce otros sonidos que equivalen a los gritos de dolor entonados por la gente. Con esto intenta explicar a los gobernantes que lo que están haciendo con su país no pasa desapercibido.

Este concierto en realidad pretendía ser una queja contra el gobierno de EE.UU. por la guerra de Vietnam, pero acabó siendo un concierto que cambio la sociedad mundial para siempre. Desde aquel agosto del 69, no se tenía la misma idea del pudor que antes, no se tenía vergüenza a hacer cosas que hacía escasos diez años sería impensable... Y ante todo se demostró que el poder de cambiar el mundo reside en los ciudadanos y no en los políticos.

Así que cuando te digan que no puedes cambiar el mundo, que te venga esto a la cabeza y recuerdes que incluso un pobre hombre acompañado de su guitarra, pudo hacerlo.



Jaime C.